
Todo lo que debes saber sobre exfoliantes
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Las células de la piel se renuevan de forma natural cada 28 días y la exfoliación ayuda durante este proceso; que con el paso del tiempo se hace más lento y menos efectivo.
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Se trata de uno de los tratamientos de belleza más antiguos del mundo. Por ejemplo, en el antiguo Egipto, Cleopatra se hacía baños de leche fermentada (realizando una exfoliación química a base de ácido láctico).
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También se sabe que las mujeres se frotaban la piel con polvo de alabastro (realizándose una exfoliación mecánica).
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Tipos de exfoliantes
Existen 2 tipos principales de exfoliantes que son bastante comunes y que se adecuan dependiendo del tipo de piel:
Exfoliantes mecánicos o físicos:
Es un tipo de exfoliación que se puede hacer mediante el uso de:
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esponjas,
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piedra pómez,
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mascarillas o cremas limpiadoras con pequeños gránulos que, dependiendo de los compuestos, variaran de medida y serán más o menos abrasivos.
La fricción de estos gránulos con su piel es lo que le ayudará a remover las células muertas de la capa más superficial de su rostro o cuerpo.
Existen exfoliantes mecánicos naturales como por ejemplo los que provienen de:
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granos de azúcar o sal,
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huesos de frutas pulverizadas,
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bambú,
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copos de avena,
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fibras vegetales,
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etc.
Por otro lado están aquellos que se obtienen mediante partículas sintéticas como el polietileno o el nylon.
La exfoliación mecánica se recomienda para pieles grasas, pero se debe evitar en pieles sensibles ya que puede resultar irritante.
Exfoliantes químicos:
Son todos aquellos cuya formulación es a base de ácidos o enzimas.
Se aplican sin necesidad de frotar por lo que pueden ser una mejor opción para pieles más sensibles.
Se suelen presentar en forma de:
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tónicos,
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limpiadores,
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cremas hidratantes
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o serúms.
Su ventaja es que llegan a capas más internas de la dermis y actúan a más profundidad; pero también pueden producir irritación si no se usan correctamente. O hipersensibilidad solar, por lo que es recomendable acompañarlos con un protector solar
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​¿Cada cuánto puedo hacer una exfoliación facial?
La periodicidad de la exfoliación dependerá del producto que use y del tipo de piel. Como norma general se recomienda hacerlo una vez por semana en el caso de pieles normales y secas y dos si se trata de una piel grasa. En el caso de las pieles sensibles lo preferible es hacerlo solo una vez al mes.
¿Cuáles son los beneficios de los exfoliantes?
Dependiendo del tipo de exfoliante que elija, de la regularidad con el que lo utilice y si este es para rostro o cuerpo, sus beneficios pueden variar. Por lo general nos pueden brindar los siguientes beneficios:
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En primer lugar, se obtiene una piel más brillante: La eliminación de células muertas puede dejar la piel más brillante y eliminar sus impurezas.
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También se suelen usar para mejorar la efectividad de otros productos de cuidado: Facilitan la correcta absorción de otros productos al eliminar la capa de células superficial y abrir los poros.
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Se produce un incremento de producción de colágeno y elastina.
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Y por último, evitan la aparición de manchas y homogeneiza el bronceado al igualar el pH.
Riesgos y precauciones de la exfoliación
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Buscar siempre un exfoliante según su tipo de piel, sobre todo en el caso de pieles sensibles o atópicas.
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Antes de una exfoliación probar el producto en una parte del cuerpo para asegurarse que esta no se enrojece ni se irrita.
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Tampoco se deben usar productos de exfoliación corporal en el rostro, ni ninguno de estos en los labios o en el contorno de los ojos.
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Igualmente, no se deben de aplicar encima de heridas, cortes, cicatrices recientes, eczemas o piel infectada.
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Por último, es preferible no depilarse ni tomar el sol inmediatamente después de una exfoliación.
